22 de octubre de 2008

El puente

No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Este fue el primer problema serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continua.
Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.

Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis.
Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero.
-Estoy buscando trabajo por unos días- dijo el extraño. Quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso.
-Sí -dijo el mayor de los hermanos. Tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo, en aquella granja vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor.
La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros pero él desvío el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor.
¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más.

El carpintero le dijo:
-Creo que comprendo la situación.

El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo.

Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó.
No había ninguna cerca de dos metros. En su lugar había un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.

En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano mayor le dijo:
-Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho.

Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas.
-¡No, espera!. Quédate unos cuantos días, tengo muchos proyectos para ti -le dijo el hermano mayor al carpintero.

-Me gustaría quedarme -dijo el carpintero. Pero tengo muchos puentes por construir.

Recuerda esta historia. Y la próxima vez, antes de construir una barrera, construye un puente. Debemos aprender a perdonar.



5 comentarios:

Nerina Thomas dijo...

Que bello cuento amiga!!Sabes, los abuelos son sabios generalmente.Ya adquirieron el saber, viviendo.Y lo que mejor se aprende en la vida es por medio de la experiencia propia.Fijate si sería sabio el tuyo, que cultivó en ti la enseñanza y fue tan importante en tu vida, que ademûs la regalas.Sos un ejemplo de amor de humanidad.Un abrao y gracias por tu visita.LLevo sangre española y pronto conoceré tu tierra.

Lobo Atento dijo...

Muchas gracias Nerina por tu comentario.
Me alegro de que pronto nos hagas una visita.
Saludos!!

Charly dijo...

Hola. Muy bueno el cuento! la verdad que me re gustó. Está bueno recojer todas esas perlitas que escuchastes y volcarlas a un blog. Me gustó mucho este cuento.
Un beso,Charly.

Lobo Atento dijo...

Me alegro de que te haya gustado Charly. Saludos!!

Diosaoasis dijo...

Me encanto tiene mucha enseñanza, aunque sea dificil debemos perdonar pues eso nos hace buenas personas en el mundo. Labramos lo que cosechamos pues.