"Cuando sonaba el silbato para el descanso de la comida, los trabajadores se sentaban todos juntos a comer. Y cada día, Sam abría su fiambrera y protestaba. "¡Hijo de su madre!-lloraba-. Otra vez bocadillos de mermelada y mantequilla de cacahuete. ¡Odio la mantequilla de cacahuete y la mermelada!". Se lamentó de sus bocadillos de mermelada y mantequilla de cacahuete hasta que uno de sus compañeros de trabajo le preguntó: "Por Dios, Sam, si tanto odias la mermelada y la mantequilla de cacahuete, ¿por qué no le dices a tu parienta que te haga otra cosa?".
"¿Qué quieres decir con decírselo a mi parienta?", contestó Sam. "No estoy casado. Soy yo el que hace los bocadillos".
Muchos de nosotros, sin ser conscientes, nos hacemos nuestro propios bocadillos con ingredientes que no nos gustan, luego nos quejamos y lamentamos de nuestra vida.
La vida nos ofrece una serie de materias primas. Las materias primas que elegimos y el uso que decidimos hacer de ellas depende en gran medida de nosotros. Muchas veces, cuando vamos más allá de nuestra forma habitual de ver las cosas, nos sorprendemos de la gran cantidad de ingredientes deliciosos entre los que podemos elegir para hacer nuestros propios bocadillos...
Haz la prueba ;)
Cuento extraído de El guerrero pacífico.