Tres años han pasado desde la última vez que escribí. ¿Dónde he estado?
Pues para ser honestos, en algún punto del camino me perdí y aun estoy buscando. No sé exactamente que busco, ojalá. ¿Se puede un@ buscar a uno mism@?
Leí que, cuando una persona cede mucho, puede correr el riesgo de perderse y, quizás, eso me ha podido pasar. O también, que en estos tres años, han habido muchas despedidas y, también, puede que en cada despedida algo mio se fuese detrás. ¿Quién sabe?
Mientras sigo buscando, encontrando, aprendiendo y reencontrando. Os dejo un vídeo que me hizo abrir los ojos, esta vez no es ningún cuento, no hay nada endulzado... Al contrario, en esta ocasión os dejo un vídeo para evitar que os cuenten cuentos. Uno de los grandes tesoros encontrado en estos años (tengo más) y os puedo asegurar que comenzó una nueva vida para mí.
Darse cuenta a tiempo y no perder ni un minuto más. Una vez, alguien me dijo "tápate los oídos, que ves?" Y comencé a ver. Son los hechos, no las palabras, aquello que los va a delatar. Si alguien te hace sentir siempre culpable, si solo impone su opinión, si tiene delirios de grandeza (ella o él lo hace bien, los demás se equivocan o son inútiles), si modifica conversaciones, si miente o inventa... sea jefe, amigo, pareja o familiar... huye de ese ambiente, posiblemente estés ante un manipulador/a.
Capítulos que se abren y capítulos que se cierran
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Dos de febrero de dos mil veintitrés. Con el pelo aún húmedo de la ducha,
me siento a escribir.
Lo he hecho ya unas cuantas veces en estos últimos quince ...