Un padre estaba observando a su hijo pequeño que trataba de mover una maceta con flores muy pesada. El pequeño se esforzaba, sudaba, pero no conseguía desplazar la maceta ni un milímetro.
-¿Has empleado todas tus fuerzas?-le preguntó el padre.
-Sí- respondió el niño.
-No- replicó el padre- aún no me has pedido que te ayude. Y, ¿realmente has luchado con todas tus fuerzas?
Nunca dije que fuera fácil, pero ya sabes, igual que en la película de Pinocho donde Pepito Grillo le dice: "si me necesitas, dame un silbidito"....
Dame un silbidito, estoy aquí.
¡Saludos a todos!
La felicidad en ella
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Su rostro de recién despierta
muestra el impacto que le dio
descubrir en su hábitat la llegada
de Rocky, la mascota nueva.
Sonreían hasta sus ojos
mie...