Un padre estaba observando a su hijo pequeño que trataba de mover una maceta con flores muy pesada. El pequeño se esforzaba, sudaba, pero no conseguía desplazar la maceta ni un milímetro.
-¿Has empleado todas tus fuerzas?-le preguntó el padre.
-Sí- respondió el niño.
-No- replicó el padre- aún no me has pedido que te ayude.
Y, ¿realmente has luchado con todas tus fuerzas?
Nunca dije que fuera fácil, pero ya sabes, igual que en la película de Pinocho donde Pepito Grillo le dice: "si me necesitas, dame un silbidito"....
Dame un silbidito, estoy aquí.
¡Saludos a todos!
Capítulos que se abren y capítulos que se cierran
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Dos de febrero de dos mil veintitrés. Con el pelo aún húmedo de la ducha,
me siento a escribir.
Lo he hecho ya unas cuantas veces en estos últimos quince ...