6 de noviembre de 2008

Manual para subir montañas

Después de leer el post de Rosquilleta, me vino a la mente este magnífico manual de Paulo Coelho, que hace una excelente comparación entre como subir una montaña y como conseguir uno sus propias metas.
Si aprendes a subir montañas, aprenderás a conseguir tus metas.

Escoge la montaña que deseas subir.
No te dejes llevar por los comentarios de los demás que dicen "esa es más bonita", o "aquella es más fácil". Vas a gastar mucha energía y entusiasmo en lograr tu objetivo, y por lo tanto eres tú el único responsable y debes estar seguro de lo que haces.

Has de saber llegar hasta delante de ella.
Muchas veces, vemos la montaña de lejos, hermosa, interesante, llena de desafíos. Pero cuando intentamos acercarnos, ¿qué ocurre? Que está rodeada de carreteras, que entre tú y tu meta se interponen bosques, que lo que parece claro en el mapa es difícil en la vida real. Por ello, prueba por todos los caminos, todos los senderos, hasta que por fin un día te encuentres frente a la cima que pretendes alcanzar.


Aprende de quien ya caminó por allí.
Por más que te consideres único, siempre habrá alguien que tuvo ese mismo sueño antes y acabó dejando marcas que te pueden facilitar la caminata: lugares donde colocar la cuerda, senderos, ramas quebradas para facilitar la marcha. La caminata es tuya y la responsabilidad también, pero no olvides que la experiencia ajena ayuda mucho.

Los peligros, vistos de cerca, son vencibles.
Cuando empieces a subir la montaña de tus sueños, presta atención a lo que te rodea. Hay despeñaderos, claro. Hay hendiduras casi imperceptibles. Hay piedras tan pulidas por las tormentas que se vuelven resbaladizas como el hielo. Pero si sabes dónde pones el pie, te darás cuenta de los peligros y sabrás evitarlos.

El paisaje cambia, así que aprovéchalo.
Claro que es necesario tener un objetivo fijado: llegar a lo alto.
Pero a medida que se va subiendo, se pueden ver más cosas, y no cuesta nada detenerse de vez en cuando y disfrutar un poco del panorama alrededor. A cada metro conquistado, puedes ver un poco más lejos; aprovecha eso para descubrir cosas de las que hasta ahora no te habías dado cuenta.

Respeta tu cuerpo.
Sólo consigue subir una montaña aquel que presta a su cuerpo la atención que merece.
Tú tienes todo el tiempo que te da la vida, así que, al caminar, no te exijas más de lo que puedas dar. Si vas demasiado deprisa, te cansarás y abandonarás a la mitad. Si lo haces demasiado despacio, caerá la noche y estarás perdido. Aprovecha el paisaje, disfruta del agua fresca de los manantiales y de los frutos que la naturaleza generosamente te ofrece, pero sigue caminando.

Respeta tu alma.
No te repitas todo el rato "voy a conseguirlo". Tu alma ya lo sabe.
Lo que ella necesita es usar la larga caminata para poder crecer, extenderse por el horizonte, alcanzar el cielo. De nada sirve una obsesión para la búsqueda de un objetivo, y además termina por echar a perder el placer de la escalada. Pero atención: tampoco te repitas "es más difícil de lo que pensaba", pues eso te hará perder la fuerza interior.

Prepárate para caminar un kilómetro más.
El recorrido hasta la cima de la montaña es siempre mayor de lo que pensabas.
No te engañes, ha de llegar el momento en que aquello que parecía cercano está aún muy lejos. Pero como estás dispuesto a llegar lejos, eso no llega a ser un problema.

Alégrate cuando llegues a la cumbre.
Llora, da palmas, grita a los cuatro vientos que lo has conseguido, deja que el viento allí arriba(porque allí en la cima siempre sopla el viento) purifique tu mente, refresque tus pies sudados y cansados, abra los ojos, limpia el polvo de tu corazón.
Piensa que lo que antes era apenas un sueño, una visión lejana, es ahora parte de tu vida. Lo has conseguido.

Haz una promesa.
Aprovecha que has descubierto una fuerza que ni siquiera conocías, y dite a ti mismo que a partir de ahora, y durante el resto de tus días, la vas a utilizar. Y, si es posible, promete también descubrir otra montaña y parte hacia una nueva aventura.

Cuenta tu historia.
Sí, cuenta tu historia. Ofrece tu ejemplo. Di a todos que es posible, y así otras personas sentirán el valor para enfrentarse a sus propias montañas.

Y creo que falta una, la que leí en el post de Rosquilleta.

Sube sin miedo...

"Sólo una cosa vuelve un sueño imposible...el miedo a fracasar"

Saludos a todos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta el manual, porque no establece un modelo a seguir, sino tan solo unas directrices. Y me quedo con la última frase, porque a veces el miedo nos arrebata la oportunidad de conseguir lo que queremos. Pero eso sí, subir sin miedo no quiere decir que perdamos el respeto a la montaña.
X cierto, las fotos son geniales, sobre todo la de ängel abriendo un camino entre las aguas, jejeje.
un abrazo

Lobo Atento dijo...

XD Sí. A mí también me gusta la de Ángel y me ha venido muy bien para lo que estaba escribiendo.

Saludos!! Un beso!
Nos vemos

rosquilleta dijo...

muchas gracias por tus palabras, son geniales.

Un cálido abrazo.

Lobo Atento dijo...

Gracias a tí Rosqui!!
Muchos besitos para ti y para tu chica.

Diosaoasis dijo...

Me entusiasmo a seguir mis metas siempre con este mensaje es perfecto y no dejarse vencer por nada del mundo. Nos vemos. Saluditos.

Lobo Atento dijo...

Gracias a los tres.
Me gusta como piensas diosaoasis.
Saludos!!

Ivana Noche Autoexistente dijo...

Holaaaa bueno llego a tu hermoso blog por Nerina Thomas, mi querida amiga, y realmente me encontre con algo hermoso que me llega mucho hace poco que comence a expresarme desde lo que soy, y esto de las montañas ,me retrotrajo a mis caminos....
Te dejo un abrazo grande Ivana